La pequeña Gertrudis cambiaba de estado de animo como lo hacía cada día con su vestimenta, la pequeña niña de unos 6 años de edad, corría vagamente por todo el campo, miraba las grandes piedras que obstruían cierta parte del camino.
La niña olfateaba las flores que más le llamaban la atención según la belleza que estas tenían, la delicadeza de sus petalos, quedando encantada con los dulces y extravagantes aromas, que emanaban de cada una de ellas.
Todas las tardes la pequeña salía caminar, entre ellas daba brincos de alegría y saltaba dando giros en su entorno, sus cabellos largos, lacios y de color castaño claro tenían un brillo único con el resplandor del sol.
Ya con doce años, con la misma alegría visitaba el campo, olfateaba las flores, veía a los pequeños conejitos, las mariposas que sobrevolaban.
Un día, teniendo ya 16 años, se pregunto así misma ¿Qué habrá al otro lado de las grandes rocas? Un camino se desvanecía hacia ese lugar, Regresando a casa, pregunto a su abuela, ¿Qué habrá en esas rocas? - creyendo ella que solo era un interior. La anciana sonrió, Y le conto las grandes hazañas de un caballero, "hace muchos milenios, se encontraba una guerra fuerte, entre dos reinos, el Reino del Sol y el reino de la Luna, ambas se enfrentaban arduamente para tener el control sobre el tiempo, la tierra y como esto influiría sobre las criaturas que habitaban la tierra, sin tener orden, uno de ellos se enfrentaba al otro, con la intención de destruirles, hasta que un caballero apareció, portaba armadura de hierro, con anexiones de oro, piedras como el zafiro azul le adornaban, y su espada deslumbraba de lo nítida que esta se mantenía, Siendo este el protector del último descendiente de cada reino.
Este era hijo del eclipse, ya no solo pertenencia al sol, ni a la luna, sino que era ambos, sin dejar de ser. el tiempo se determino entoncés, el sol estaría durante seis horas, y la luna durante otras 6, sin embargo en medio de ambas, estaría el eclipse, con 4 horas haciendo presencia.
Este eclipse, era el aviso de que el sol estaba por terminar y el reino de la luna venia. La herencia del eclipse predetermino su presencia sobre la tierra, dejando al reino de la luna y el sol escasos en su presencia, siendo el eclipse mayoritario con el tiempo, este perduraba aún más.
Temiendo todo esto, por primera vez, se aliaron los dos reinos, y conjuraron en nombre de los reinos, el poder que tenían sobre las gentes, el encierro definitivo de la herencia del eclipse.
Siendo el caballero protector de ellos, protegió con su vida a los herederos, y protegiéndolos del conjuro llamo a los Grorkis, esas "rocas" que habéis visto, son guardianes que despertaran cuando el tiempo lo indique, entoncés, permitirán a los herederos del eclipse volver a salir, sin que sus vidas corran peligro". -La abuela termino.
Gertrudis se sorprendió, ¿Somos herederos del eclipse?
-Y estamos esperando el tiempo en que podamos salir por primera vez, al menos para nosotros que siempre hemos vivido detrás de los Grorkis. -La abuela se entristeció.
-El campo es muy basto y amplio, pero... ¿Qué hay entoncés al otro lado de las rocas? ¿Son criaturas realmente que hibernan? -La muchacha preguntaba con verdadero interés.
A Lo que su abuela sonrío. -Cuando llegue el momento lo sabrás, no sé si yo pueda verlo, pero sé que tenés toda una aventura por delante, desde el día en que se creo la barrera, hasta el sol de hoy, han pasado 17 generaciones, y creo, que vos podrías estar cerca de ver la libertad, pues según la magia, hasta la 20ava generación los hibernados despertaran y la barrera caerá.

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