Un marinero se embarca en su navío propio, en un viaje de la vida sobre las aguas.
En su primer viaje, no conoce las profundidades del océano, ni los secretos que le aguardan, lo habrá visto de lejos, en su superficie, pero nunca navego ni se sumergió en él.
Durante su preparación había escuchado Historias, avistado criaturas a lo lejos, mediante un telescopio, instrumento que se le prestaba para que observara sobre la rocas más altas, leyó libros sobre criaturas marinas, estudio el ecosistema submarino, las plantas y peces que podía encontrar.
Cuando el momento llego. Él embarco. Tomo sus maletas, vio hacía el muelle, en el aún estaba su familia, amigos, vecinos, curiosos que observaban la partida de aquél muchacho que había sido preparado toda su vida para este viaje.
Un aprendizaje en la anchuras de la mar, cercano siempre a la tierra y nunca lejos de ella.
El marinero se encuentra con algunas emociones encontradas, felicidad, aventura, emoción, tristeza, anhelos, sueños por materializar...
Esta vez no va como un marino entrenado en la naval, sino como un aventurero en busca de una historia personal.
Zarpa a la mar, Dejando todo y a todos atrás.
Durante su trayecto el comienzo es pacifico, pero a medida el tiempo pasa, las tormentas se desatan, el clima y las condiciones varían según en donde se encuentre, los navíos o barcos ajenos pueden encontrarse cada quién, emprendiendo un camino distinto.
La primera tormenta pone nervioso al marinero, por la magnitud de esta piensa que puede no tener retorno, que aquella imagen del muelle, será su único recuerdo y lo único que vea antes de morir, Pone en practica lo aprendido, es audaz, según como se desarrolla la situación este reacciona.
Este SOBREVIVE.
Se recuesta sobre las cajas que hay en la cubierta, decidiendo ir a reposar, el tiempo avanza hasta que llega a su destino. Encuentra a otros marineros, viajeros y comerciantes.
Todos con hazañas distintas, también ve nuevos, personas que nunca han andado en la mar o leído sobre sus aventuras.
Durante su viaje, el marinero ve que algunos jóvenes sienten temor, pues cuando uno comienza no sabe todo lo que esta por vivir, un aventurero se embarco por curiosidad y amor a lo desconocido, él había visto la mar, pero nunca cruzar sobre él, veía las grandes embarcaciones y el muelle con abundancia de bienes y personas, sin conocer mucho, el aventurero tomo sus pertenencias, y marcho rumbo a lo desconocido.
El marinero estaba intercambiando su producto, el aventurero cuando observa que este se encuentra desocupado, se aproxima a él algo temeroso.
-¿Disculpad señor, tenéis tiempo para escucharme?
-Pues ya lo estoy haciendo - dijo él.
- Quería saber si me podías llevar con vos a tu próximo viaje. He visto, la mar, pero nunca he estado sobre ella.
-Enhorabuena, dentro de 3 horas partimos, prepara tus cosas. -El marinero respondío.
Sin mucho que saber sobre que podía llevar o no, o cuanto tardaría un viaje, simplemente se aferro a lo que llevaba, comprando algo de pan, pescado y algunas legumbres que vendía en el muelle.
Pasadas las tres horas, ambos se embarcan en una experiencia habitual, para el marinero, y algo nuevo para el aventurero.

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